9. Hormigas asesinas (Los legendarios orígenes de Logrosán, 2ª parte)
Basta con pasar una tarde de verano en la piscina de Logrosán para comprobar la voracidad de estos pequeños insectos. Sin embargo, ¿quién se iba a imaginar que pudieran obligar a trasladarse a poblaciones enteras? ¿Podía llegar a ser tal la marabunta hace cientos de años en estos parajes?
Continuamos nuestra investigación sobre los orígenes del pueblo y esta vez nos centramos en una leyenda menos conocida: la de la plaga de hormigas. El mismo Mario Roso de Luna en su Legajo histórico[1] tras mostrar su desconfianza de la leyenda de “logró sanar”, nos presenta esta otra como más probable:
“[…] La antigua iglesia de Valdepalacios, distante de la villa poco más de una legua, nos suministra una versión tradicional bastante verosímil.
Sea por las condiciones del terreno o por las escasas agua, o bien, como dice la tradición, por el crecido número de hormigas y otros insectos que pululaban por aquella zona, es lo cierto que el primitivo pueblo de Valdepalacios, que comenzó allí a fundarse a raíz de la reconquista, hubo de ser trasladado al actual o absorbido por él, recibiendo este por antonomasia el nombre de lugar sano, lucus sanus, de donde por corrupción se formó después, Lugarsan, Lugurusan o Logrosán”
Ya hemos visto cómo las leyendas de los orígenes de los pueblos de alrededor van unidas en ocasiones a la religión. Así la procedencia del topónimo “Guadalupe” se explica por la leyenda de la aparición de la Virgen al pastor Gil Cordero, ya que esta se produjo cerca del río Guadalupe o río Guadalupejo y allí se construyó el templo junto al cual surgió el pueblo (https://logrosan.wordpress.com/2013/09/06/un-logrosan-de-leyenda-4-guadalupe/). También es el caso del nombre de Berzocana, del que se cuenta que viene del “brezo cano” detrás del cual se enterraron las reliquias de San Fulgencio y Santa Florentina.
Sin embargo, resulta curioso descubrir cómo en cuatro pueblos de la mancomunidad podemos encontrar leyendasacerca de poblaciones que una vez fueron abandonadas debido a un patrón común: una plaga de hormigas. En todas estas leyendas, como en la que contaba Mario Roso de Luna sobre Logrosán, los habitantes se vieron obligados a abandonar el pueblo original por culpa de hormigas tan voraces que “se comían hasta a los niños” y fundaron un nuevo pueblo en el lugar en el que se encuentra actualmente. Estos pueblos abandonados se llamaban (según la leyenda): San Román, que luego se convirtió en Peraleda de San Román; La Avellaneda, sustituido por Castañar de Ibor; Torrejón, cuyos habitantes terminaron en la pedanía de Roturas y, por último, en Aldeacentenera, existe la leyenda de que su origen se debe a la unión de dos poblaciones: El Egido de Zentenera y Aldeanueva. Debido a una plaga de hormigas los habitantes de El Egido de Zentenera acabaron por emigrar y se asentaron en la vecina Aldeanueva que terminó llamándose Aldeacentenera (con la denominación intermedia de Aldea Nueva de Zentenera).
Y es que, según José María Domínguez Moreno, en su artículo “Despoblados extremeños: Mitos y Leyendas”[2], “La presencia de las hormigas […] es la causa más común de cuantas tienen que ver en el resurgir de los despoblados en Extremadura”. Tras esto, recoge las historias de dieciséis pueblos extremeños que fueron abandonados (Hijovejo, Torviscoso, La Anguila, Piñuela, Asperilla,…), hechos que la tradición popular explica por las plagas de gigantescas hormigas rojas (blancas en algún caso) que destruyeron las casas de estos poblamientos y se cebaron especialmente con el ganado y los niños pequeños.
El motivo de las plagas es un motivo folclórico habitual, y su referente más conocido son las plagas anunciadas por Moisés al faraón como castigo por no dejar marchar al pueblo judío. Normalmente la plaga es utilizada como manifestación de la cólera divina y los que la sufren la erradican encomendándose a una imagen. Sin embargo, en el caso de todos estos pueblos extremeños (y algunos más del resto de la geografía española) no se trata de una leyenda de tintes religiosos, sino que es una simple explicación del traslado de una población a un nuevo emplazamiento y, a menudo, de la fundación y el origen del nombre de un pueblo nuevo. Otros motivos recurrentes para esta explicación son las maldiciones, las epidemias o el envenenamiento de pozos y fuentes, como la leyenda de la creación del Barrio Nuevo en Cañamero, según la cual en la fuente llamada El Chorrito se posó junto al pilar un enorme pájaro que se puso a beber y a bañarse allí. Pocos días después de aquello, muchos cañameranos que solían beber de aquella fuente empezaron a caer enfermos y a morir. La peste fue extendiéndose por aquel barrio y después por todo el pueblo. De este modo, poco a poco se fue abandonando el lugar y sus antiguos vecinos construyeron sus casas en el Barrio Nuevo, junto a la iglesia y por la calle Alta. Con el tiempo los dos barrios se unieron por la calle Real configurando el pueblo tal y como hoy lo conocemos (http://historiasdecanamero.foroactivo.com/t1-historias-de-canamero).
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