Parece que el viejo surtidor de agua que lleva toda la vida majestuoso y firme en la abandonada estación ferroviaria de logrosán, tendrá por fin una utilidad, aunque sólo sea estética.
A pesar de que nunca sirvió de nada, ha permanecido casi un siglo siendo testigo mudo, herrumbroso e imponente de ese monumento al despilfarro, la inutilidad y la desidia que es la Estación de Logrosán.
Nunca surtió de nada a ninguna locomotora. Apenas conoció a alguno de aquellos viejos cacharros de hierro que podrían haber cambiado la historia de la villa y hoy, cuando nadie le auguraba otro futuro que la chatarra, se convierte en guardián y vigía permanente de nuestro principal cruce de caminos. ¡La vida da tantas vueltas!
También un viejo cabestrante de la mina del Serranillo nos recordará nuestro pasado minero.

La publicidad es siempre gratuita para empresas de las Villuercas. Se mantendrán visibles no más de tres anuncios y por un tiempo limitado.
Contacta con logrosan01@gmail.com


Debe estar conectado para enviar un comentario.