El pendón de Logrosán que ondea en lo alto del cerro es un indicador de las actividades arqueológicas que en él se desarrollan. La bandera roja de la villa, que en algún medio se confundió con otro símbolo, parece recordarnos que allí está el principio de los asentamientos que dieron origen al actual Logrosán.
La cantidad de cerámica que se acumula en el museo logrosano nos habla del paso de muchos pueblos por el estratégico cerro de San Cristóbal, una atalaya muy bien situado para la defensa militar.
Desde tartesos y otros pueblos antiguos, pasando por romanos y árabes hasta la más reciente ermita de San Critóbal, los restos que se están recuperando ponen de manifiesto un uso casi continuo de nuestro cerros en los últimos milenios.
Hasta ahora, los restos encontrados en las excavaciones nos habla de asentamientos, no solo de uso militar, sino civil. Son en su mayoría cerámica muy fragmentada que cada tarde se limpia, analiza y clasifica en el museo de Logrosán.
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El museo etnográfico también alberga tumbas y restos de gran interés.
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