El trabajador no estaba dado de alta en la Seguridad Social, figuraba como parado y cobraba el subsidio.
El hecho, del que LAD informó en su día, ocurrió el 18 de marzo de 2014 en la finca logrosana de «Las Paredes» cuando un trabajador de 60 años, al mando de un tractor oruga, realizaba trabajos de limpieza, desbroce y reparación de un camino. En un descenso, perdió el control del tractor que intentó parar. Se deslizó hacia un barranco de unos 200 metros con un desnivel de un 50%. El bulldozer volcó y el operario fue despedido y arrollado por la máquina.
El tractor tenía más de 30 años de antigüedad y en ese tiempo no había sido objeto de revisión alguna, ni había sido sometido a examen de la Inspección Técnica de Vehículos. La cabina estaba sin cristales, no tenía un sistema de protección antivuelco certificado y carecía de cinturón de seguridad.
El trabajador que falleció no estaba dado de alta en la Seguridad Social. Figuraba desde el año 2010 como parado y cobraba el subsidio; era empleado por el empresario agrícola para hacer labores esporádicas en el campo, sin contrato.
El Juzgado de lo Penal número 2 de Cáceres condena al empresario por un delito de homicidio imprudente y otro contra los derechos de los trabajadores, a dos años de prisión e indemnizar a la viuda con 212.815 euros y al hijo del fallecido con 10.544. La Audiencia de Cáceres acaba de confirmar la sentencia, que ya es firme. (diario HOY)

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