EL TINTERO DE MARÍA: Logrosán, el consuelo.

Ir a Logrosán, mi pueblo, es algo que me llena el alma, no existe otro lugar en el mundo en el que tenga la sensación de estar siendo acariciada, besada y mimada… me empiezo a poner nerviosa ya cuando veo el cartel verde que indica que entramos en la Comunidad de Extremadura, siento como si se me removiese algo en el interior, el corazón se acelera… y pronta llega la sonrisa a mi cara… llegar a Logrosán es ver mi casa, el fuego en la chimenea, el pucherillo arrimado a la lumbre, la cama con mi mullido colchón, las sábanas oliendo a jabón casero… el olor a pan de tahona… el desayuno con “pringasssss”, la leche recién ordeñada, el olor a campo, el sonido de las canales, el canto del gallo…

En esta ocasión el viaje era una necesidad imperiosa, necesitaba vivir el presente con familia y amigas, pero sobre todo, quería revivir el pasado, no como una vuelta atrás, es revivir donde se gestó la mujer que soy hoy, a través de la niña de ayer y eso sólo lo podía hacer de la mano de mi abuelo.

Mi calle está casi vacía, él ya no está, la cochera que hay al lado de la casa de mi madre… lo que era su casa… siento un dolor infinito, no puedo acercarme, no puedo mirar… no puedo entrar… no puedo refugiarme en sus brazos.

Ya no se oye a las vecinas barriendo la puerta, regando… nadie te pregunta cómo has dormido, ni te dan los buenos días… la sensación de vacío y tristeza es enorme… ya no te alumbran sus miradas… sola te quedas con el candil.

Quiero recorrer Logrosán contigo, señor de los ojos azules, a eso he venido.

Me llevabas de la manina, sin soltarme… pero sin apretar… contigo aprendí a mirar al cielo y desentrañar los secretos de la luna y las estrellas, a conocer las plantas de donde saldría el sustento, a respetar cada rama, cada hoja… cada fruto, todo provenía del trabajo.

Recogíamos las aceitunas verdes de año, en noviembre las de rajar y endulzar y en diciembre… para el aceite del año… caminando por la sierra pasábamos por el caño “ reondo” como tu decías, me daba miedo, había sanguijuelas…me ibas diciendo de quién era cada tierra, cada casa… en el cerro de San Cristóbal vi , por primera vez, a tu lado, por el mes de mayo el florecer de nuestra jara, siempre me decías que cuando me sintiera mal ese era mi lugar… la sierra se vestía de novia, me quedaba ensimismada mirándote, tus palabras eran dogmas para mí.

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La lanchuela donde íbamos a coger los gruños en el verano, riquísimos…

Los paseos al puente de “jinjal”, la fuente herrumbrosa, el puente romano, el “jelechal”, a coger agua fresquita y pura de la sierra…

La fuente de los pajaritos… nunca te gustaba que fuéramos mis hermanos ni yo solos, más de una vez saliste en busca nuestra, sobre todo de Manolo, con Vicente era en la calle del Consuelo, donde el pocito…era verte y echar a correr, jamás nos levantaste una mano, ni diste una voz, pero era verte…y tirar para casa. Nunca te gustaron los niños callejeros.

Iba a comprar contigo al mercadillo de los lunes, en el Cristo, entendías de todo, la gente te preguntaba cuál era el mejor melón… o sandía… yo me sentía orgullosa de ti, mi abuelo era sabio, sabía de todo…

Uno al lado del otro nos comíamos en verano el cucurucho de helado del “tío gallego”, que iba con su carrito, calle por calle…”los tostaos”, las naranjas que vendía “el sordo” de la mina.

Un carnicero de primera, nadie mejor. Primero vendías en la plaza, con tu mesa, limpia como un poleo, tu tajo, tus utensilios…no había mandil más blanco y más limpio, tus manguitos… tu trabajo era aséptico total, estabas siempre lavándote. Luego ya se vendía en casa… ¡que chuletas de cordero y de cerdo partías! perfectas, y las morcillas de chivo de la abuela, tu esposa, inigualables, cuanta gente me lo recuerda hoy en día.

Las cerezas de Cañamero, las comprabas por cubos, que corales lucía yo en mis orejas, los más hermosos rubíes que puede una mujer lucir.

Hasta que no partías un melón que te gustase no parabas… el mejor iba a mi casa…

Cómo te gustaba el turrón, venía por Navidad y por fiestas el turronero a la plaza, que pedazo de bloques de turrón… las garrapiñadas, todo racionado, por supuesto… no se podía abusar.

No te gustaba verme con pantalones, un día me hiciste volver a casa y ponerme un vestido… así estaba más guapa… mi pelo negro te encantaba, mi sonrisa te cautivaba, a mí, tus ojos me hechizaban me quedaba prendida en ellos, me perdía, veía la inmensidad del mar sin conocerlo.

Tú que eras más callado que yo, siempre me decías: para un poco hija… pero no podía soportarlo mucho… y al final acababas haciendo un gesto con la cabeza como diciendo… no hay nada que hacer.

Me han educado mis padres, pero me marcaste tú, soy la mujer que querías que fuera, me guio por sentimientos, como tú, mis reglas son las transmitidas con el ejemplo, la honestidad ante todo…el amor incondicional a la familia… dar sin esperar… el respeto a cualquier ser humano y a la naturaleza, fiel a mis principios… una mujer en casa y una señorita en la calle… pelear y no darme por vencida…

Estos días he sentido todo esto y más, pero queda conmigo, al final pude acercarme a esa cochera, acercar el oído y escuchar tu voz, dulce, como siempre. Me has cogido la cara con tus manos y me has llenado de besos de miel, tus brazos han rodeado mi cuerpo y hemos compartido el sonido de nuestros corazones… tranquilo, pausado… y como es imposible separarme de ti, has venido conmigo… llena estoy de amor: UN BESO, BESANDO A OTRO BESO….

Otro motivo me ha llevado a Logrosán y era la necesidad imperiosa de estar al lado de Ntra Sra del Consuelo, abuela y tú me enseñasteis a amarla… este momento, por íntimo, no quiero compartirlo, solo dos personas fueron testigo, una a la que tengo que agradecer mucho, no pudo estar… esas dos personas jamás contarán lo que sucedió allí, pero el milagro se dio. Se me recibió con la mesa puesta, el mejor mantel y las velas las encendí yo… aunque la estrella en lo alto, brillaba con una luz especial.

Sra del Consuelo, me he sentido abrazada, besada, reconfortada… soy la más humilde de tus hijas, pero he acudido a ti con todo el amor y el respeto del mundo… no había nadie más en la ermita, escogí bien la hora, el encuentro requería intimidad y así ha sido… salí llena y sentí la mano amorosa de mi abuelo y de mi abuela… los tres juntos… por siempre y para siempre. Gracias Señora de Logrosán, esta vez no me hiciste ningún reproche, solo me diste lo que sabías que necesitaba: CONSUELO.

Dos días, a su vez, de reencuentro familiar… tíos y primos… me he traído todo el huerto de mis primos Vicente y Fefi, gracias por vuestra generosidad… todo era poco para darme…

Gracias Isi, cuánto nos hemos reído y hemos compartido, pequeños grandes momentos.

Gracias María Romero por tu generosidad y compañía… hemos compartido momentos felices… sí felices… muy felices y sobre todo GRACIAS, por algo que has hecho posible y tiene que permanecer callado.

Gracias Meña compartir una salve contigo, ha sido maravilloso.

Gracias querido hijo, sabías que esto tenía que hacerse y me has acompañado con todo el amor del mundo, me has hecho muy feliz, lo más hermoso ha sido verte disfrutar a ti, en Logrosán… la tierra que vio nacer a tu madre, nunca olvidaré tu disfrute y tu alegría…

Misión cumplida… un precioso paseo por el pasado, en la mejor compañía… pero desde el presente…

Gracias a todos los paisanos que en un lugar u otro me han hecho ver lo felices que se sienten cuando leen mis artículos, yo se las doy a ellos… son vivencias compartidas, contadas con todo el amor del que soy capaz.

AMAR A MI TIERRA ES FÁCIL, VIVIR LEJOS DIFÍCIL… a punto estaban las mimosas, pero volveré cuando florezca la Jara.

 

Madrid 1 de Febrero del 2019.

M.C.

 

 

4 comentarios to “EL TINTERO DE MARÍA: Logrosán, el consuelo.”

  1. He leído muy atentamente, todo lo que has vivido,es de gran ayuda esa narrativa que tienes,porque te hace vivir de nuevo todo lo vivido,y nos haces vivir a otros,como si estuviéramos alii.
    Verdaderamente, me identifico contigo en muchas formas de tu sentir,
    Los lugares,formas sabores,costumbren,personas amadas,te pasa como a mi ,tienes una memoria selectiva,de recuerdos,en tu caso ,todos muy buenos,en los míos,muchos vivencias
    En mi caso ,siento un sentimiento agridulce,y dentro de mi alegría siento cierto nerviosismo,que hasta que no llevo dos días no se me pasa.
    La calle esta vacía,,o al menos no tan conocidos por mi,quitando alguna familia,para mi por muchos años que pasan,cuando estoy en mi casa,sobre todo solo,me asolan los recuerdos,y la melancolía,y en muchas ocasiones me he de ir
    Estoy enamorado de nuestra comarca.yo al menos y través de los años puedo recordar,los lugares,como estaban en mis tiempos,y recordar personas,como en un subconsciente,,,por eso te comprendo,por tu forma de vivirlo,tu añoranza,y en cierta forma,pienso que habrás tenido ratos ,y lugares como se te encoje el alma,sabiendo que ya no están allí,y eso siempre que vayas pasara.
    Me alegra por ti,que tengas tan buena gente allí,y que no lo hayas transmitido,me alegro Mari

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    • Muchas gracias Emilio, fui inmensamente feliz, soy la mujer que allí se gestó y creció, no he cambiado, soy una planta que arraigó en Logrosán, derechita como decía mi abuelo…bien cuidada y mimada.
      Si se han despertado en ti recuerdos y vivencias a través de mis palabras…me doy por satisfecha…en realidad ha sido un paseo compartido…y para compartir.
      Gracias …tus palabras son muy generosas.

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  2. Maria, suas palavras sacam coisas de nossa alma, que nos enche de emoção. Ainda me lembro de 2011, quando pela primeira vez estive em Logrosan. Esta Logrosan, que meu pai tanto amava e descrevia. Quando aí cheguei, sem nunca aí ter estado, Logrosan me parecia uma velha conhecida, cada rua, cada Igreja, cada praça, cada lugar,cada odor (cheiro) tudo estava desenhado na minha imaginação, tudo era igual ao que meu pai contava. A rua que ele nasceu e morava (calle dos Caños), a Igreja que minha avó frequentava, o «jelechal» onde lavava as roupas, a mina onde meu avô trabalhava…. era muita emoção. Ao deixar Logrosan, na saída, não tive duvida, saquei uma caixa e enchi dessa terra maravilhosa e chegando aqui no Brasil, depositei no seu tumulo, um pouca da terra que ele tanto amava. Agradeço de coração a você Maria, por nos proporcionar esses momentos de reflexão. Beijo grande em seu coração.

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    • Gracias Batista, es muy bonito lo que me dices.
      Ese sentimiento sale de tu alma, a través de unas humildes palabras que salen del mismo lugar, de la mía.
      Sé que eres un seguidor de mis artículos y te lo agradezco enormemente…
      Compartimos vivencias de una tierra maravillosa…la que a mí me vio nacer.
      Infinitas gracias…Un saludo afectuoso.

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