Me gustaría escribir, por ejemplo:
que el camino que me conduce a ti
se desliza suave entre encinas y jaras,
y que el corazón se me pierde
esta tarde de abril, donde cenicientas
dehesas, tapizadas de verde oscuro,
dibujan sinuosas ondulaciones
que acarician los umbrales de tu falda,
y que sobre tu extremeño cuerpo
descansa una niebla gris, azulada,
de estaño, con transparencias de luz
que pintan una hoja naranja, violeta,
amarilla, añil… creando un arco íris
donde se elevan los aromas
de las flores; azucenas, rosas…,
multicolores mariposas que bailan
como suspendidas en el aire,
al son del trino de los pájaros,
el tañer de las campanas
y el murmullo de las fuentes,
que me guían hacia ti.
Madrid, 17 de junio de 2019
Pedro Moreno Parrina.
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