Su madre lo ha plasmado en una desgarradora carta escrita en segunda persona en la que le pide perdón por las pequeñas cosas de la vida que le pudieran haber incomodado.
Gelvy recuerda a su hijo en cada detalle de cada día « sigues vivo en mi cabeza, cuando veo la hora de la comida y pienso que igual vienes a comer, cuando hago una comida que te gustaba o simplemente porque tengo que hablar de ti, hablando de ti sigues aquí; tus cosas siguen con nosotros y seguirán mientras yo tenga un aliento de vida, nada tuyo se irá de aquí.»
La madre de Oscar confiesa en esta dolorosa carta que, además de su familia, su razón de vivir ahora es hacer justicia : «… han hecho que viva sólo para hacerte justicia y tú conoces bien a los padres que tienes. Se hará, hasta que llegue ese día seguiremos luchando con unas y dientes por ti«
CARTA DE UNA MADRE ROTA POR EL DOLOR.
Óscar, hoy hace seis meses que saliste por la puerta de casa, te paraste antes a ver a la niña de tus ojos a ver cómo dormía en su cuna, tu sobrina; querías despertarla y no te deje, preguntaste por tu hermana qué estaba trabajando y te fuiste, no sin antes decir que cuando viniera papá de trabajar irías con él a por unos bidones.
¿Quién me iba a decir a mí, hijo, que sería la última vez que te iba a ver?, de haberlo sabido no te hubiera dejado marchar hijo mío, te hubiera echo sentar y te hubiera dicho lo mucho que te quería. Espero que supieras lo mucho que te queríamos todos y sobre todo lo que yo te quería. Si pudiera volver la vida atrás te lo diría, cada uno de los días de tu vida.
Teníamos nuestras diferencias; quiero pedirte perdón, ese perdón que debí pedirte en vida y no lo hice.
Perdóname hijo si crees que te falle alguna vez, PERDÓN.
Perdóname si crees que no te quería o te lo hacía ver, te quería más que a mi vida al igual que a tu hermana, PERDÓN.
Perdóname por esos meses que tu sentiste que te había dejado, PERDÓN.
Perdóname por no haber estado a tu lado protegiéndote para que no te apuñalaran el corazón, hubiera dado mi vida por la tuya.
Perdóname por no haber estado contigo cuando tu vida se esfumaba,
Nadie me aviso, ni tan siquiera esa mala persona que estaba a tu lado, que cuando quería bien que me llamaba, aunque fuera de madrugada. Si lo hubiera sabido… el último latido de ese corazón que habían rajado estaría al lado de la persona que te dio la vida.
En casa nuestra vida no es igual ya nunca podrá ser igual; Jimena está a todas horas hablando de ti, tiene a su “titi” siempre en la boca. Ahora cree que estás en el cielo, cuando tenga edad para comprender habrá que decirle la verdad y explicarle porque no estás. Cada día se parece más a su tío, a ti.
Un día por otra circunstancia dijiste que, aunque te fueras siempre estarías aquí. No te veo, no te siento, lo único que sé es que sigues vivo en mi cabeza, cuando veo la hora de la comida y pienso que igual vienes a comer, cuando hago una comida que te gustaba o simplemente porque tengo que hablar de ti, hablando de ti sigues aquí
Tus cosas siguen con nosotros y seguirán mientras yo tenga un aliento de vida, nada tuyo se irá de aquí. No te preocupes que nadie que tú no quisieras lo tocará.
Dentro de unas horas hará seis meses que te mataron, medio año llevas ya muerto y a mí me han matado contigo de una manera distinta, pero lo han hecho…. pero también han hecho que viva solo para hacerte justicia y tú conoces bien a los padres que tienes. Se hará, hasta que llegue ese día seguiremos luchando con unas y dientes por ti, igual que lo hicimos desde el primer día que viniste al mundo. Ese día me hiciste la mujer más feliz del mundo 27 de mayo de 1987, el día que te vi por primera vez, y el día que supe que mi corazón iba junto al tuyo de por vida. El tuyo dejo de latir, el mío a su manera también lo hizo junto al tuyo, solo está vivo para hacerte justicia. Cuando se haga ya podrán estar juntos de nuevo.
Te quiero muchísimo hijo, te quiero y te quise y nunca dejare de quererte, tenlo claro donde quiera que estés.
Mamá
Debe estar conectado para enviar un comentario.