La presente campaña 2013 terminará con el mes de agosto, aunque sólo el trabajo de campo. Al equipo de arqueólogos aún les queda mucho trabajo de laboratorio.

El trabajo de laboratorio se prolonga, estos días, hasta bien entrada la noche
Las excavaciones del cerro de San Cristóbal que realiza un equipo de arqueología sevillano (Jacobo Vázquez Paz, José Manuel Márquez Gallardo y el director Mark Hunt Ortiz) y financia el Ayuntamiento de Logrosán, tiene por finalidad rescatar el valor de este nuevo geositio de nuestra localidad.
Los trabajos han profundizado en lo que ya conocíamos de nuestro pasado: el Cerro de San Cristóbal, La «Morra» que decían los árabes (probablemente de ahí el gentilicio de almorraneros » al-morra» = los habitantes de la Morra), es el origen y la causa primera de la existencia de la población que hoy conocemos como Logrosán.
El cerro aúna condiciones que explican su importancia a lo largo de los siglos. De un lado su condición de atalaya elevada que le convierte en un sitio estratégico desde el punto de vista militar y defensivo, y de otro su riqueza minera para la extracción de materiales para diversos usos.
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Como ya informamos en LAD, los trabajos arqueológicos se centran en dos zonas bien diferenciadas del cerro.
El sector oeste: donde se están excavando los restos de un poblado prehistórico relacionado con los tartesos ( pueblo minero que ya manipulaba metales que extraía del propio cerro) y donde se han hallado miles de fragmentos de cerámica y restos de estructura de habitaciones.
Y el sector este: que destaca por los restos de una fortaleza que podría ser de origen árabe y, sobre todo, por la ermita del santo que da nombre al cerro. En este sector se ha hallado también gran cantidad de restos cerámicos de época bajo medieval y árabe. Los fragmentos están mejor conservados y decorados, e incluso se ha podido reconstruir parte de una vasija de barro.
Detalles fragmentos de cerámica bajo-medieval del sector este
Reconstrucción de la base de una gran vasija (del sector este del cerro)
Reconstrucción de la base de una gran vasija (del sector este del cerro)
De la ermita del santo apenas queda en pie una hilera de sillares que marcan de forma bien definida la planta de un pequeño templo. Los arqueólogos que han trabajado apuntan que su construcción responde a una ermita de reconquista, que se construían como agradecimiento tras la expulsión de los árabes del lugar, que se produjo en Logrosán entre 1227 y 1230.

Mark Hunt Ortiz, Director de las excavaciones trabajando en el ordenador.
La ermita se vino abajo, probablemente al caer en desuso, entre los siglos XVII y XVIII, cuando se construye la nueva ermita dedicada a la virgen del Consuelo en una elevación más accesible y cercana a la población.
Una vez abandonado y semiderruido el viejo templo, apunta el arqueólogo que dirige ese estudio, los mejores sillares del edificio, las piedras labradas, y las columnas fueron saqueadas y probablemente se hallan repartidas por el pueblo formando parte de la construcción de casas y cuadras de la época.
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