Ocurrió en el otoño de 1982, en una casa de la calle Teatro de Logrosán. Varios testigos pudieron observar una serie de extraños hechos que fueron investigados por un grupo de parasicólogos venidos expresamente a localidad y que certificaron la verosimilitud del suceso.
Los fenómenos aparecieron en multitud de medios de comunicación nacionales y fueron calificados como un auténtico «Poltergeist».
Mado Martínez (revista año cero)
Hace más de treinta años, Logrosán fue escenario de uno de los casos poltergeist más impactantes de la historia de España. En una vivienda sita en la calle Teatro volaban sandías, se incendiaban jamones por combustión espontánea, siniestras sombras atravesaban paredes… Sus moradores vivían espantados, abrumados por el terror que les causaban aquellos hechos, de los que muchos vecinos del pueblo –junto con los protagonistas de los sucesos– dan fe todavía hoy.
Éste es el caso de los protagonistas del llamado poltergeist de Logrosán. Corría el año 1982, cuando la paz que reinaba en la pequeña población cacereña se rompió a causa de una serie de fenómenos extraños que comenzaron a desencadenarse en una humilde casa de la calle Teatro. Ni sus propietarios, la familia San Román, ni los vecinos se explicaban lo que estaba sucediendo. ¿Cuál era la causa de que los cuadros se cayeran, unas enigmáticas sombras recorrieran las estancias, las sandías salieran volando, los tomates se estrellaran contra las paredes o las botellas bailaran sobre el suelo como si tuvieran vida propia?
Algunos de los medios de comunicación españoles más importantes de la época se hicieron eco de estos hechos, apuntando a Andrés Sánchez López, que entonces sólo era un niño, como posible causante de aquellos fenómenos. Se llegó a decir que el pequeño tenía un problema de retraso mental, lo que facilitaba su acceso a estados alterados de conciencia, provocando los consabidos sucesos anómalos… (Continúa en AÑO/CERO 257).