REPORTAJE
Si por algo se caracteriza Extremadura es por su biodiversidad, que la convierte en una de las regiones europeas con mayor tipología de fauna y flora. No es de extrañar, pues, que contemos con 69 Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPA) y 87 Lugares de Interés Comunitario (LIC). Además, la reciente declaración de Monfragüe como Parque Nacional y el impulso definitivo del Parque Natural «Tajo Internacional» han supuesto para la región un incremento significativo del turismo ecológico.
A la variada oferta medioambiental se une ahora el Geoparque Villuercas- Ibores- Jara, una categoría desconocida para el gran público, pero instaurada en Europa como un sello de calidad turística y ecológica, que aporta un valor añadido a los territorios que lo gestionan. Las comarcas de Las Villuercas, Los Ibores y la Jara acabamos de recibir este reconocimiento gracia al esfuerzo de muchos extremeños y al apoyo de la Administración Central, Regional y Provincial, además de la mancomunidad, el Grupo de Acción Local y el tejido empresarial de la zona.
Los geoparques han existido desde siempre, pero no fue hasta 1991 cuando la UNESCO se encargó de crear una red que organizara las características geológicas especiales que dieran nombre a estos territorios singulares. Así, ese mismo año la ciudad francesa de Digne les Bains acogió el primer ‘Simposio Internacional sobre la Protección del Patrimonio Geológico: Declaración de los Derechos a la Memoria de la Tierra’. Un año más tarde nace oficialmente la Fundación de la Red Europea de Geoparques (2000) y con ella la definición que aporta la UNESCO: «Un territorio que comprende uno o más sitios de gran importancia científica, no sólo por razones de tipo geológico sino en virtud de su valor arqueológico, ecológico y cultural».
Geoparques en europa en 2010
Los geoparques poseen además un valor didáctico que les hacen merecedores de esta consideración. Demuestran los métodos para la conservación del patrimonio geológico, así como para la enseñanza de disciplinas geocientíficas y aspectos ambientales más amplios. Dicho territorio forma parte de una red global, en la cual, se comparten las mejores prácticas relacionadas con la conservación del patrimonio geológico y su integración en las estrategias de desarrollo sostenible.
Hasta el pasado sábado, en España hay cuatro espacios naturales que ostentan esta categoría: el Parque Cultural del Maestrazgo, el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, el Parque Natural de la Sierra Subéticas y la Comarca de Sobrarbe.
Cuando se habla de un patrimonio geológico particular, uno se refiere a un cierto número de parajes geológicos que destacan en términos de calidad científica, singularidad, valor estético y didáctico, aunque se considera «riqueza adicional» los elementos de interés arqueológico, ecológico, histórico o cultural, que a la postre permiten hablar del valor inefable de un determinado territorio.
Los geoparques colaboran estrechamente entre sí, de manera que forman una red europea que permite que
cada territorio se beneficie de medidas conjuntas de protección y gestión del patrimonio geológico. En este número, Nicholas Zouros, coordinador de la red, nos habla de los beneficios que ha supuesto a las comunidades locales entrar a formar parte de esta organización. «Sólo a través de la cooperación podemos compartir ideas para ver cómo desarrollamos las economías locales, pues los elementos geológicos no entienden sobre fronteras y atraviesan países y territorios», nos comenta Zouros.
Según la UNESCO, un Geoparque debe reunir tres características que lo definen y lo identifican entre el conjunto de territorios.
Conservación
Un Geoparque busca la preservación de los enclaves de particular importancia, explorando y desarrollando métodos de excelencia en conservación. La autoridad de gestión del Geoparque asegura las medidas de protección adecuadas en colaboración con las universidades, los servicios geológicos y otras instituciones relevantes en connivencia con las prácticas locales y las obligaciones legislativas.
Un Geoparque organiza actividades para el público y procura apoyo logísti-co en la comunicación del conocimiento geocientífico y de los conceptos ambientales. Este apoyo se realiza a través de la protección e identificación de los enclaves, desarrollo de museos, centros de información, recorridos pedestres, visitas guiadas, visitas de estudio, materiales de divulgación, paneles, mapas, material educativo, seminarios, entre otros. Además, apoya la investigación científica en cooperación con las universidades e instituciones de investigación, estimulando el diálogo entre las Ciencias de la Tierra y las poblaciones locales.
Turismo de Naturaleza
Un Geoparque estimula la actividad económica y el desarrollo sostenible a través del Turismo de Naturaleza. Estimula el desarrollo socio-económico local a través de la promoción de una imagen de excelencia intrínsecamente relacionada con un reconocido patrimonio natural de peso internacional, que atrae un número creciente de turistas de todo el mundo. Este hecho tiende a animar la creación de empresas locales conectadas al sector del Turismo de Naturaleza, con productos de calidad certificada.
Geoparques
En 2004 la UNESCO pone en marcha la Red Global de Geoparques, y desde entonces se han clasificado 49 Geoparques repartidos por la Unión Europea, China, Irán y Brasil. Esta Red, en rápido crecimiento, promueve servicios de elevada calidad, compartiendo entre los Geoparques estrategias y buenas prácticas comunes para la preservación ambiental y desarrollo turístico.
El soporte dado por la UNESCO a la Red de Geoparques es una extensión natural de sus esfuerzos una vez que el concepto de Geoparque promueve una verdadera red interdisciplinar de cooperación internacional para el estudio del Sistema Tierra, soportando el desarrollo local. Esta iniciativa innovadora introduce una red de trabajo internacional que relaciona el desarrollo socio-económico y la conservación del ambiente constituyendo, de esta forma, una aplicación nueva y vital en las políticas de conservación.
Geoparque Villuercas-lbores-Jara. La memoria de La Tierra*
En Julio de 2009 representantes de las administraciones competentes firman en Guadalupe el protocolo de constitución del recién nacido Geoparque Villuercas- Ibores- Jara. En concreto, la Secretaría de Estado de Comercio y Turismo; la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura; la Diputación de Cáceres; la Universidad de Extremadura; la mancomunidad Villuercas- Ibores- Jara; el Grupo de Desarrollo Aprodervi, y la Asociación Empresarial Vibotur.
Este territorio cuenta con razones más que sobradas para unirse a la Red Europea de Geoparques y a la Red Global de la UNESCO. Más allá de su interés paisajístico, la disposición de su relieve sigue la dirección Noreste-Suroeste en lugar de la Oeste-Este habitual en Extremadura. Las tres comarcas que lo conforman son una sucesión de sierras paralelas, entre las que hay abundancia de formaciones geológicas como fallas, cuevas, rañas o plegamientos. Asimismo, en la zona se han encontrado algunos de los restos fósiles más antiguos de la Península Ibérica, pues hace 500 millones de años Villuercas- Ibores- Jara formaba parte de los fondos marinos.
El Geoparque «Villuercas- Ibores- Jara» es un argumento de primera calidad para el desarrollo turístico sostenible. En esta actitud de aprovechar los recursos naturales para generar nuevas actividades económicas, al tiempo que se procura mejorar la calidad de vida y las condiciones sociales de quienes trabajan y viven en ese territorio, responsabilizándose de su conservación, se unirá al resto de los espacios naturales de Extremadura, que cuentan con planes o proyectos de turismo sostenible. Ha de valorarse, además, el amplio número de ellos que se enmarcan en figuras de protección de la naturaleza: el Parque Nacional de Monfragüe, los Parques Naturales Tajo Internacional y Cornalvo, una reserva natural (la Garganta de los Infiernos), un LIC o Lugar de Interés Científico (el volcán de El Gaseo), un paisaje protegido (el monte de Valcorchero), dos zonas Ramsar, cuatro monumentos naturales, cuatro ZIR (Zonas de Interés Regional), cuatro corredores ecológicos de biodiversidad, cuatro parques pertúrbanos y de ocio, 35 árboles singulares, 69 Zepas (Zonas de Especial Protección de Aves) y 87 LIC (Lugares de Interés Comunitario).
Las tres comarcas:
19 municipios: Aldeacentenera, Alia, Berzocana, Cabanas del Castillo, Campillo de Deleitosa, Cañamero, Carrascalejo, Castañar de Ibor, Deleitosa, Fresnedoso de Ibor, Garvín de la Jara, Guadalupe, Logrosán, Navalvillar de Ibor, Navezuelas, Peraleda de San Román, Robledollano, Valdelacasa de Tajo y Villar del Pedroso.
17.000 habitantes: Repartidos sobre un territorio de unos 2.500 kilómetros cuadrados.
Algunos puntos de interés: Cueva del Castañar (Castañar de Ibor), Estrecho de la Peña (Alia), Minas de Logrosán, anticlinal del río Almonte, pedrera del Almonte (Navezuelas), portillo y pliegue geológico del Almonte (Cabanas del Castillo), paleocauce o paleocanal (Deleitosa), espejo de falla (Robledollano), anticlinales del río Ibor, rañas de Cañamero y rañas del Castañar, desfiladeros del río Ruecas, sinclinales del Viejas, y de Santa Lucía, marmitas…
TEXTO EXTRAIDO DE LA REVISTA CCD DE LA DIPUTACIÓN DE CÁCERES

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