Con esta Festividad se dan por concluidas las fiestas de Navidad, la de este día concretamente. Es de la que conservo los recuerdos más hermosos.
En primer lugar, os contaré una anécdota, que yo, por ser muy pequeña no recuerdo, pero que mi madre, año tras año, me cuenta siempre con la misma intensidad.
Eran días de recogida de aceitunas. La víspera de Reyes mis padres se encontraban en ese menester. Mi madre viendo que se hacía tarde, le dijo a mi padre que tenían que volver al pueblo, tenía que recoger del comercio mi regalo de Reyes. Mi padre dijo que no se preocupara que llegarían a tiempo, pero que las que estaban ya vareadas, había que recogerlas. Y se recogieron, vaya que si se recogieron. Pero el aceite que dieron esas aceitunas, iba mezclado con las lágrimas que mi madre derramó. Se tiró todo el camino llorando. Cuando llegaron al pueblo, los comercios ya estaban cerrados, mi abuelo viendo a mi madre con esa llantina reprobó a mi padre su actitud, y el pobre no sabía dónde meterse.
Debe estar conectado para enviar un comentario.