Con esta Festividad se dan por concluidas las fiestas de Navidad, la de este día concretamente. Es de la que conservo los recuerdos más hermosos.
En primer lugar, os contaré una anécdota, que yo, por ser muy pequeña no recuerdo, pero que mi madre, año tras año, me cuenta siempre con la misma intensidad.
Eran días de recogida de aceitunas. La víspera de Reyes mis padres se encontraban en ese menester. Mi madre viendo que se hacía tarde, le dijo a mi padre que tenían que volver al pueblo, tenía que recoger del comercio mi regalo de Reyes. Mi padre dijo que no se preocupara que llegarían a tiempo, pero que las que estaban ya vareadas, había que recogerlas. Y se recogieron, vaya que si se recogieron. Pero el aceite que dieron esas aceitunas, iba mezclado con las lágrimas que mi madre derramó. Se tiró todo el camino llorando. Cuando llegaron al pueblo, los comercios ya estaban cerrados, mi abuelo viendo a mi madre con esa llantina reprobó a mi padre su actitud, y el pobre no sabía dónde meterse.
Mi madre, se fue corriendo a la casa de Agustín Arroyo. Al ver cerrado el comercio, éste cuando la vio, la tranquilizó de inmediato y la dio la preciosa muñeca que él se había subido a casa intuyendo que iría a recogerla. Ella le dio mil gracias y llena de ilusión volvió a casa. A la mañana siguiente “su niña” tenía en sus brazos la muñeca.
¿No te dabas cuenta MADRE, que mi mejor regalo de Reyes era tu regazo y tu beso tierno y cariñoso?
La víspera de Reyes siempre fue especial en mi casa. Imagino que como en casa de cada niño. Alrededor de la mesa camilla, mis padres, mis hermanos y yo, al abrigo de un brasero de picón, escuchábamos la retransmisión en directo, a través de RNE, de la Cabalgata de los Reyes Magos de Madrid. Al terminar, siempre era lo mismo: ¡Vamos a cenar!, hay que acostarse temprano, si no los Reyes pasarían de largo.
Limpiábamos los zapatos con esmero, se colocaba el agua para los camellos, tres copitas (con la botella de anís al lado) y unos mazapanes o polvorones para los Reyes Magos.
¡Sorpresa!, al levantarnos, las pastas habían desaparecido, las copitas vacías y por supuesto, los camellos debían de llegar sedientos porque el agua, también había desaparecido.
Lo mío era siempre: una muñeca, una cestita con cacharritos de aluminio
(cazuelas, sartenes, platos, cucharitas, tazas…etc ), ¡y cómo no : mis pinturas de ALPINO, algún año un plumier de madera de dos pisos ( qué categoría) o un estuche que se cerraba con una pizarra. Tenía sus pinturas, su lápiz, bolígrafo ( rojo y azul) , sacapuntas, borrador , reglas…completito la verdad…aunque me ponía contentísima. Siempre eché de menos que no me trajeran el estuche de cremallera que pedía año tras año. (Cual sería mi obsesión, que creo que fue de los primeros regalos que tuvieron mis hijos en Reyes, y hasta de dos pisos, ¡madre mía!, con reglas, escuadras, cartabones…lo disfrutaba yo más que ellos).
Mi hermano Manolo un año se pidió un equipo completo de sheriff, su sombrero, su estrella y la cartuchera con las pistolas.
Le repetía una y otra vez a mi padre: ¡papá, pero que sean pistolas de las que matan de verdad! , mi padre siempre le contestaba lo mismo: ¡ qué siiiiiiii!.
Por supuesto mi hermano tuvo su regalo. Mi padre puso en las pistolas los mixtos, y cuando se levantó empezó a dar al gatillo. Él que ve que aquello suena mucho y cree que eran balas de verdad, se tiró una buen rato corriendo por la casa diciendo: ¡que era broma, que yo no quiero que matasen de verdad! No olvidaré nunca la cara de susto de mi hermano y las risas de mi padre, primero que le hizo ver que eran de mentira, ni se acercaba a ellas.
Mi hermano Vicente, se pidió un año la famosa cámara de cine EXIN. Fue tal su desilusión, que después de Reyes mi madre la devolvió.
También había camiones o coches para ellos y las célebres bolsas de canicas y las de indios y confederados (a este respecto a mi hermano Manolo siempre le quedó la desilusión de que no le echaran el fuerte, lo mismo que a mí, mi estuche de cremallera).
Todo esto era precioso, pero hay algo que jamás olvidaré : los Reyes de los vecinos.
Primero íbamos de casa en casa enseñando nuestros regalos, y todos decían lo mismo: ¡que bonitos! ¡eso es que habéis sido muy buenos!
Después, me ponía mi madre un “mandilín” y volvíamos otra vez donde los vecinos… ¡a ver , a ver que os han dejado por aquí! En casa de la Sra. Justa: naranjas, nueces, donde la Sra. Paula, avellanas la Sra. Anita, e higos secos donde la Sra. Alfonsa. En todas las casas te recibían con alegría y nosotros devolvíamos tanto regalo con besos y con la mirada de un niño, la mirada de la ILUSIÓN.
Por la tarde-noche, abuelos, padres e hijos, al calor de la chimenea, nos comíamos los agasajos de todos los vecinos, eso sí, sin separarnos ni un momento de nuestros juguetes. En brazos de padres o abuelos eran llevados a la cama los pequeños. Yo, acostaba a mi muñeca, pero con lo que me acostaba era con las pinturas, eran mi tesoro, creo que nací para dar color a la vida, cada día de uno… y así sigo , haciendo de mi existencia un arcoíris, donde cada día predomina un color, unos me gustan más que otros, pero sé que la gama es amplia.
Aun siendo mayores, para mis hermanos y para mí, nunca se perdió la MAGIA. Mi madre siempre nos hizo escribir la carta y nunca teníamos la seguridad de lo que nos íbamos a encontrar, siempre acertaba, porque ELLA, SÓLO ELLA, tenía la varita .
Por mucho que mis hijos tuvieron y que tengan los niños de hoy, jamás serán tan felices como lo fuimos nosotros. Unos Reyes Magos que nos dejaban en casa de las vecinas, naranjas, nueces, avellanas e higos.
Todo era unión e ILUSIÓN COMPARTIDA.
¿Quién no tuvo en esa época la famosa caja de Juegos Reunidos GEYPER?, creo que todos. Eran los juegos que reunían a la familia en torno a la mesa, LA Oca, El Parchís, etc… , ahora hay menos comunicación, los juegos son más individuales, no saben lo que se pierden…no lo sabrán nunca.
Quién pudiera volver a aquellos momentos, sobre todo, porque podría compartirlos con personas a las que jamás olvidaré y a las que quise con toda mi alma, personas que me hicieron muy feliz…INMENSAMENTE FELIZ.
M.C
6 Enero del 2018.
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