Francisco Cerro Chaves sustituye a Braulio Rodríguez Plaza, crítico con Francisco y que se retira sin ser nombrado cardenal primado.
EL PAÍS. Una anomalía eclesiástica que enfrenta a la archidiócesis de Toledo con las diócesis extremeñas está a punto de resolverse. Se trata de la pertenencia territorial del santuario de Guadalupe.
Son parte de Extremadura (y la virgen del mismo nombre, la patrona civil de la autonomía extremeña), pero dependen eclesialmente del arzobispado manchego, en el pasado uno de los más extensos de la cristiandad merced a su primatura nacional, que le otorgó posesiones en toda España y el rango de prelado de las Indias Occidentales.
Desde esta mañana, el nuevo primado, Francisco Cerro Chaves, extremeño de nacimiento (Malpartida de Cáceres. 1957) y obispo de Coria-Cáceres desde 2007, es partidario de que Toledo devuelva Guadalupe a Extremadura. Lo ha manifestado en repetidas ocasiones y se supone que el papa Francisco, que es quien lo ha nombrado, respalda esa posición.
A las 12.16, las campanas de la catedral primada anunciaron el nombramiento de Cerro Chaves como el sustituto del arzobispo Braulio Rodríguez Plaza (Aldea del Fresno, Madrid. 1944), que se retira sin haber sido nombrado cardenal primado. Lo han sido sus predecesores desde hace siglos, señalados casi siempre como los predilectos de los pontífices reinantes, entre otros los cardenales Ciriaco Sancha, Enrique Pla y Deniel, Isidro Gomá, Marcelo González, Vicente Enrique y Tarancón o Antonio Cañizares.
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