Hoy a las 7 de la tarde, charla en la Casa de Cultura sobre DONACIÓN DE ÓRGANOS por José Antonio Sánchez Lancho, Presidente de ALCER Cáceres.
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Reseña de opinión por MANUEL PALACIOS:
«… Los especialistas en trasplantes saben que salvan a una persona… y mejoran espectacularmente su calidad de vida usando órganos que a alguien que acaba de morir ya no le van a hacer falta….«
Todos nacemos con un cuerpo, venimos de una pareja, sabemos que nuestros días están contados y somos libres desde el nacimiento. Ese cuerpo físico nos sirve para todo lo que queráis imaginar, además de ser mucho mejor que un parque de atracciones cuando apetece divertirse. Si, además, podemos compartir con alguien la alegría tanto mejor, especialmente en estas fiestas que se avecinan.
Tal vez sea esa creación de la Naturaleza y fruto de una lenta y selectiva evolución: el cuerpo humano, lo único que, en justicia, poseemos. Pero… ¿y si en realidad ni siquiera poseyésemos nuestro cuerpo porque de alguna forma nos hubiera sido regalado a través de nuestros padres para poder vivir pero con la opción de devolverlo en las mejores condiciones posibles?
De cualquier manera, por bastantes estudios y mucha experiencia personal sé lo suficiente sobre la realidad de nuestro cuerpo, su arquitectura, su maravilloso diseño y su forma de funcionar a todos los niveles para poder decir que es realmente grande como regalo, grandísimo, inmenso, maravilloso, un auténtico Universo tremendamente bien diseñado: nuestro propio Universo.
El cuerpo tiene capacidad para aprovechar el medio ambiente en nutrientes, agua, alimentos y poder seguir vivo entre 80 y 100 años. Y lo que me parece milagroso, realmente, es que funcione más o menos bien durante tanto tiempo con cuidados mínimos e incluso sin ningún tipo de cuidados.
Me llamó la atención la Medicina desde el principio, estudié esa carrera, sigo ejerciendo y una de las conclusiones más importantes a las que he llegado en mi trayectoria profesional es que muchísimas veces el auténtico responsable del deterioro de la salud es uno mismo, y no por negligencia, sino porque vivimos en un sistema que te dice: «despreocúpate de tu salud, si enfermas nosotros te cuidaremos», entre líneas se puede leer: despreocúpate de tu salud, si tienes dinero o tu sistema social te ayuda ya puedes pagar los mejores médicos, y todo eso cuando sigo pensando que el mejor especialista que tiene uno sin lugar a dudas es la propia persona, conociendo cómo está construido su cuerpo y cómo funciona podríamos ir con mucha menos frecuencia a los galenos, pero echo de menos en la gente de a pie muchas nociones de Medicina, incluso de Patología, entiéndase: el mejor médico es uno mismo, pero muy bien aconsejado por alguien que sabe mucho más: un buen médico.
El cuerpo más o menos sano es algo muy importante, y si no … que se lo digan a quien tiene la vida limitada a causa de cualquier enfermedad, lo que no puedo entender es por qué no nos enseñan a escucharnos, cuando disponemos en nuestro interior de todos los sensores que necesitamos, miles de alarmas, detectores de posturas erróneas y un sinfín de mecanismos de autorregulación que aprendiendo a notar , sentir y usar, nos deleguen la salud en nuestra propia mano, no en la de terceras personas, que, por mucho que sepan… ni tienen nuestro cuerpo ni lo van a tener nunca jamás. Y algo que he tenido que aprender a base de experiencia y algunos fracasos, es que no existen dos cuerpos iguales por mucho que nos encante a los humanos la «normalización», la «homogeneización» y la «homologación». No somos capaces de pensar que todos somos diferentes y todos tenemos cosas muy buenas y problemas distintos, pero lo queramos o no esto es así, nadie te va a entender si tú no intentas entenderte a ti mismo.
Desde pequeños nos enseñan, precisamente a lo contrario; a no escuchar a nuestro cuerpo, a castigarlo, a divertirse a ultranza sin pensar en las consecuencias, a ultrajarlo, a maltratarlo de muchas maneras diferentes que no vienen al caso, en vez de aprender el sano ejercicio de la introspección, nos enseñan a aceptar un Sistema, unas normas y unas reglas muchas veces en contradicción con la salud y el bienestar sostenible. La conservación de esa salud es algo tremendamente personal e intransferible que hay que aprender guiados, si se quiere y como antes expresé, por alguien de buena voluntad que nos enseñe, y yo sigo diciendo que es fundamental conocerse, aceptar lo aceptable e intentar cambiar lo que no nos guste de nosotros mismos, pero fijaos la inteligencia de la que hemos sido dotados cuando somos la única especie condenada a trabajar y pagar para poder vivir en este mundo…es para pensárselo profundamente.
No podemos ser culpables de lo que nos han enseñado….o impuesto. No podemos culpar a nadie de perder la salud porque lo mismo que hay que darse cuenta de que al final de la vida se encuentra la muerte (dónde estabas antes de tu nacimiento??, no te acuerdas??, haz un esfuerzo!!) es necesario comprender que la salud no es para siempre, aunque podemos intentar con una actitud vigilante y madura la perdurabilidad de esa condición ideal: la salud; el pilar principal de nuestro propio estado de bienestar, reíros vosotros si creéis que vuestro bienestar y vuestra salud le interesan al Sistema; al Sistema lo único que le interesa es que mientras viváis paguéis, y si le interesa la salud de alguien y que viva mucho tiempo es para que pague mucho tiempo y siga produciendo. Los enfermos no producen. No nos llamemos a engaño. Todos sabemos que es así y todos somos culpables de aceptar lo inaceptable, al menos yo lo digo muy alto y claro: Al sistema tal y como está diseñado no le interesa que la gente conserve su salud, en ese caso los que van al menos tres veces a la semana al gimnasio o corren (hablo de oficios sedentarios) y cuidan su alimentación deberían tener deducciones en la cuota que se paga a la Seguridad Social. Al sistema de salud, y ya nos enteraremos muy bien si alguna vez terminan de privatizar la Sanidad, lo que le interesa es volver enferma a una persona sana y cronificar las enfermedades que podrían curarse y seguir ganando pasta muchos años, me da vergüenza la cesta de la compra de pacientes jubilados, no son alimentos naturales y ecológicos, sino una bolsa entera de medicinas. Así paga uno hasta que se muere, si no somos nosotros, paga el Estado, pero la Farmaffia siempre gana. Es la consecuencia de aplicar leyes de mercadotecnia, marketing y empresa americana para curar a las personas. Sin ir más lejos imagino, en un oficio que conozco muy bien, empastes, endodoncias y coronas en dientes sanos, obsolescencia programada de los tratamientos dentales (elijo «dental» porque estuvo siempre mercantilizado y no conlleva riesgo para la vida de la gente y si sufrimiento y dolor),vender todo lo que se le pueda vender a alguien aunque ese alguien se tenga que endeudar unos cuantos años para pagar los honorarios de esa legión de crápulas cuyo único objetivo es robar dinero de donde lo haya y que obligan a profesionales coherentes a prostituirse amenazándolos con el despido «si no hacen al menos 20 empastes al día» (asqueroso, pero es lo que hay, y encima esas dolosas empresas se anuncian en la tele), malvados sin ética ni honor profesional en cuyas manos desaparece vuestra salud a la vez que vuestro dinero .
Y, suponiendo que el cuerpo no es nuestro porque nos ha sido prestado,… ¿por qué no sería de ley prestar nosotros todo lo que de nuestro cuerpo quede aprovechable tras la muerte?
Los especialistas en trasplantes saben que salvan a una persona con una molesta enfermedad crónica o a otras a punto de morir y mejoran espectacularmente su calidad de vida usando órganos que a alguien que acaba de morir ya no le van a hacer falta. Ellos son los que saben «vender», en la acepción más altruista del término, esa donación, no lo puedo hacer yo mejor.
Conozco una amiga que tuvo que ir a Houston; le compró un riñón a un mejicano con el que sigue manteniendo una relación muy bonita, creo que le siguen mandando dinero cuando se trasplantó hace veinte años.
Mi querida amiga Edurne respira y vive normalmente después de haber sufrido un trasplante pulmonar, su órgano propio degeneró poco a poco a causa de una leiomiomatosis , se iba transformando lentamente el tejido respiratorio por tejido muscular, se asfixiaba cada día un poco más en un proceso que duró unos veinte años. Ella, siendo uno de los mejores médicos que conozco, se resistía a operarse, conoció a alguien que se sometió a la misma intervención y murió en el posoperatorio, no quería, no quería, pero estaba en lista de espera y un buen día la llamaron porque tenían los pulmones que necesitaba. Menos mal que no debió pensar….se fue al Hospital y desde hace seis años cambió la silla de ruedas y la ducha asistida por una vida prácticamente normal. No es que sea feliz, que lo es, y mucho, al lado de su amado Dick, es que está viviendo una segunda vida, de prestado, igual que la nuestra, pero valorando al cien por cien cada momento que pasa y todo lo que la rodea. Más vida para querer, más vida para ayudar a los demás, más vida para bailar, para extasiarse, para ser feliz. Les deseo lo mejor.
Cuando se habla de trasplantes, como de cualquier cosa, es bueno no ver la parte negativa, todas esas historias asquerosas de compraventas horribles, de robo de órganos y de tráfico de todo de personas condenadas a muerte, imaginaos a los responsables de matar a alguien disparándole de tal manera que no estropeen ninguna cosa que pudiera venderse en el mercado negro….Imaginaos todas las macabras historias que circulan en torno al asunto, bien sabemos que no todos los humanos son buenas personas, para seguir adelante con un poquito de ilusión os propongo valorar las cosas buenas, a un trasplantado que odiaba la cebolla, por ejemplo, después del trasplante empieza a comerla y le gusta…y por qué no??. Para una persona que ha experimentado la pérdida de un ser querido es la manera de sentir que esa persona a la que querías de alguna manera sigue viva aunque no puedas verla, y que su muerte no ha sido en vano. De estas cosas y muchas más hay que dejar a la gente que se dedica a ello que hable y escucharlos. Porque ellos tienen la idea más madura y nos pueden hacer ver mil detalles en los que nunca hubiésemos pensado. Así que os invito a asistir a la charla que os van a dar esta semana que entra.
Sin más y deseando que haya cada vez más número de profesionales de la Sanidad conscientes de la revolución médica que está sucediendo, demos un paso en favor del entendimiento, la solidaridad y el agradecimiento por una parte a los donantes de órganos y por otra a esa inmensa pléyade de grandes profesionales que trabajan a diario en el área de trasplantes y lo hacen lo mejor que pueden, saben o les dejan con toda la ilusión del mundo y que viven cada éxito con una felicidad inmensa, bonito trabajo, bonitas personas!!!.

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