La desaparición del último zapatero de Logrosán nos obligaba a enviar el calzado a Cáceres o Villanueva para reparar.
Y es que no están los tiempos para tirar los viejos y comprar nuevo. La falta de renovación generacional en antiguos oficios artesanos hace que los pueblos pierdan autonomía y dependan cada vez más de localidades mayores para cosas pequeñas y sencillas que antes se resolvían aquí. Lo mismo ocurrirá en breve con el barbero-peluquero para hombres y ya ha pasado con otras profesiones que, aunque son más que válidas para ganarse la vida con creces, no hay nadie que quiera aprenderlas, y no será por falta de parados y de necesidad.
Desde hace unos días el taller de Cañamero al menos, supone un alivio para aquellos que necesitamos poner tapas a unos zapatos o unas suelas en nuestras botas.
Informa: Nando Montes. CAÑAMERO

La publicidad es siempre gratuita para empresas de las Villuercas. Se mantendrán visibles no más de tres anuncios y por un tiempo limitado.
Contacta con logrosan01@gmail.com

