El pabellón deportivo cubierto podría estar operativo en unas semanas.

Los pequeños detalles finales son los que están retrasando una obra que se inició hace más de una década. Muchos de estos remates, en manos de empresas locales. 

El cerramiento exterior está terminado  como muestran las imágenes de María Romero.

El problema mayor ha surgido en la cubierta por sus grandes dimensiones. El presente invierno,  de abundantes lluvias, ha servido para poner en evidencia el problema:   filtraciones de agua  por las uniones de las plancha metálicas que forma esa cubierta y aún hoy se están solventando. Además de la instalación de la puerta de entrada,  colocación de bancos y papeleras, detalles de jardinería, vitrinas, algún accesorio de los aseos o  mobiliario de la oficina o del botiquín.

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La demanda de publicidad local ha tenido una gran aceptación y cubrirá la pared norte, justo frente a las gradas. Según Villa, las características del edificio, convertirán al pabellón en una de las mejores instalaciones deportivas de la comarca.
Su conservación y mantenimiento dependerá en gran medida, de la manera en que los logrosanos hagamos buen uso del pabellón, que es de todos.

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