Finalizada la primera fase de recuperación del abandonado archivo histórico, y una vez puesta a salvo ese patrimonio de nuestra historia local, hemos querido conocer en profundidad el proceso desde el comienzo, que documentos se han rescatado y qué se va a hacer con ellos a partir de ahora. Y para ello, hemos hablado con Juana Pulido, la responsable del proyecto.
LAD · ¿Qué balance haces de esta primera fase de la labor de recuperación del Archivo Municipal?
JUANA PULIDO (JP) Lo más importante es que aunque queda mucho por hacer, se haya valorado por parte de la Alcaldía la importancia que tiene el archivo; es importante en cualquier institución, pero en un Ayuntamiento, no sólo refleja la historia y evolución de esa institución, sino la de toda la población.
Se ha acometido lo principal, que es evitar que siga deteriorándose la documentación que ha llegado hasta nosotros.
Además de mi contratación, hay firmado un convenio, por el cual Diputación realizará una labor de descripción, clasificación y ordenación, para llevar a cabo el inventario de toda la documentación. No sabemos cuándo será, por lo que he ordenado la documentación, siguiendo el cuadro de clasificación de archivos municipales, aprobado por la Junta de Extremadura en 2009; y separando lo que estaba en muy mal estado, la documentación más antigua, etc.
· ¿En qué estado encontraste el archivo?
JP .- Tenemos que diferenciar las distintas etapas por las que pasa la documentación; entre el archivo de gestión o administrativo y el definitivo que luego pasa a ser histórico, para resumir. El volumen de documentación que se genera en el día a día es mucho, o sea que el archivo administrativo estaba congestionado, aunque bien conservado, pero con expedientes que ya habían agotado su vigencia administrativa mucho tiempo antes. Aunque siempre hay documentación que es necesario conservar en él, hay mucha que puede pasar al definitivo, y siempre se puede consultar puntualmente. Pero el archivo definitivo e histórico, ya de más años atrás, además estaba en mal estado; por las condiciones del depósito en primer lugar, por el deterioro de los archivos definitivos y como resultado, la documentación en muy mal estado,… alguna irrecuperable.
· Te ha costado mucho? ¿Qué procedimiento has seguido para dar la vuelta a un archivo municipal en ese estado?
JP .- Bueno, todo requiere un esfuerzo. Sobre todo había que hacerlo “transportable”: cambiar todas las cajas en mal estado, había mucha documentación también en legajos (sin cajas)…. y sacar toda la documentación del sitio en que estaba y que era la que estaba en peores condiciones. Aquí hay que recalcar la importancia de contar con un nuevo sitio, más adecuado, que mejora muchísimo las condiciones ambientales. Luego, ordenar, todo lo trasladado. Creo que lo refleja mejor la presentación.
· ¿Qué es eso de “archivo compacto” donde ahora se guardan los documentos?
JP .- Son estanterías móviles que se deslizan sobre raíles en el suelo o en una plataforma de madera. Así queda un único pasillo para acceder a la parte que se necesita. La diferencia de espacio es de un 50% aprox. respecto a un armario tradicional. Totalmente cerradas las estanterías, forman un bloque compacto, de ahí el nombre.
· Tu labor como archivera de Logrosán nos ha devuelto una parte testimonial indispensable para conocer nuestro pasado, el pasado de la Villa de Logrosán ¿desde qué época encontramos documentos y de qué naturaleza son? ¿Qué destacas de lo rescatado?
JP .- La documentación más antigua es de 1769 que es un censo catastral de bienes, puede que relacionado con el Catastro del Marqués de la Ensenada, y que ha sido restaurado, aunque todavía no lo tenemos de vuelta; daré información, también para que se conozca algo sobre el proceso. Está la declaración de Villa de 1792, pero es posterior y además ya fue restaurado en su día.
Y están las actas. Hay que tener en cuenta que es la documentación más importante de un Ayuntamiento. Reflejan todas las decisiones que se toman en las sesiones plenarias, y con ello la forma de gobernar de nuestros alcaldes con todas sus mociones, decretos, reglamentos, las diferentes etapas por las que pasa la legislación municipal y nacional… y los cambios de gobierno con sus características específicas, claro. El acta o libro de acuerdos, como también se llamaban, más antiguo es de 1835; por supuesto hay lagunas. Por ejemplo, de época de la I República no hay ningún acta, es una pena.
Y creo que se ha perdido mucha documentación: en traslados, por obras, también he encontrado documentación con muestras de haber sido afectada por el fuego…
Muy importante es la documentación de los años del 39 al 42 del siglo XX con información sobre la posguerra, que no es lo más antiguo, pero sí refleja una parte importante de nuestro pasado reciente. Bueno y toda la documentación del siglo XIX, muy variada.
· A parte de tu formación universitaria en temas históricos, ¿Qué formación específica requieren estas tareas y en qué consiste esa formación?
JP .- Cada archivo es un mundo, dependiendo de la institución. Pero al final todos requieren la misma metodología: descripción de la documentación, para poder clasificarla y ordenarla, pero también valorarla, catalogarla e inventariarla después. Hay unas normas internacionales de descripción. Y por supuesto hay una legislación nacional, y regional, que también hay que tener en cuenta. He hecho diferentes cursos sobre catalogación, descripción y valoración de documentos y actualmente estoy matriculada en uno de conservación documental, muy importante, visto el deterioro de la documentación que se abandona a su suerte. Y supongo que como en todos los oficios, siempre hay que seguir aprendiendo.
· ¿Cuándo vamos a poder consultar lo rescatado? Y cuando lo vamos a poder consultar digitalmente?
JP .- Pues en principio tenemos que esperar a que Diputación, a través del proyecto POAMEX antes citado, complete el programa. Yo he digitalizado algunos documentos, y seguiré haciéndolo, sobre todo lo que estaba en muy mal estado. No puedo concretar mucho más. De todas formas iré dando publicidad a lo más interesante y que sea público o que por su antigüedad pueda ser expuesto a todos. Las consultas personales son otro tema aparte.
· ¿Qué trabajo queda por hacer?
JP .- Una vez que esté todo clasificado, ordenado e inventariado, además de digitalizar lo más importante, se debería hacer una valoración, que es un proceso también laborioso. Sin una valoración no se puede hacer lo que sería el expurgo o eliminación de lo que no es necesario que se conserve para siempre. Es la forma de optimizar el espacio en los archivos. Pero es delicado y tiene un protocolo. Y tendría que quedar reflejado en un Reglamento u ordenanza municipal.
También estoy llevando a cabo la labor de convertir el edificio en un verdadero centro de conservación de documentos y que no sea simplemente un almacén de papeles. Control de temperatura y humedad, medidas de seguridad, etc. Todo está en proceso, y de momento todavía compartimos espacio el Museo, que pasará al espacio de la Mina Costanaza y el Archivo Municipal.

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