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EL TIEMPO en Logrosán
Por la finca de la familia formada por Carmen Ibáñez, Andres y Mario han pasado chinos, zulues, finlandeses, albaneses… pero sobre todo españoles, incluidos extremeños. «Y todos se van admirados por ver algo tan real», cuenta Carmen. Eso que ven es una explotación agrícola y ganadera que se dedica a la cría de ovejas y al cultivo de hortalizas, cerezas, aceitunas,… de forma tradicional y ecológica. Lo ven pero además lo pueden tocar. (El Periódico Extremadura)
El Rincón de los Cerezos es una de las pocas experiencias de agroturismo que funcionan en Extremadura. Ubicado en Berzocana, esta finca dispone de alojamiento –cuatro habitaciones creadas en un antiguo establo– y actividades que permiten a cualquier visitante plantar tomates, tejer la lana, ordeñar, pasear en burro, mover a los animales, recoger cerezas o aceitunas, hacer queso o conservas,… «lo que toque según la temporada del año». Su proyecto se llama Alternatura y se encargan también de impartir formación en este ámbito.
«La gente que viene no sabe muy bien lo que se va a encontrar, porque no conoce bien qué es el agroturismo, pero se van maravillados por la experiencia», relata.
El matrimonio, procedente de Madrid, se instaló en esta finca en el año 2000 para dar luz a este proyecto. Principalmente son ganaderos y agricultores ecológicos, venden su producción y además complementan su negocio con el turismo. «No es mucho, pero tenemos visitantes, familias con niños es lo más normal y especialmente en primavera. Depende de cada año, hay años muy buenos para el turismo y otros más buenos para la agricultura y la ganadería». Esta familia vive actualmente de este sector, pero reconoce que no está muy extendido.
«Haría falta que estuviera más claro qué es el agroturismo, que no es lo mismo que el turismo. La gente que quiera encontrarte te encuentra, lo que hace falta también es querer ver las cosas buenas que tenemos. Es un privilegio estar aquí y si alguien quiere apostar por este negocio tiene que hacerlo con el corazón, por fijar población en los pueblos, por dar a conocer las tradiciones y el mundo rural, no por hacerse rico. Es una forma de vida», señala.
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