Llegados a este punto, cabe preguntar ¿Qué demonios ocurre en Siria? La guerra civil en Siria interesa a bastantes partes. Analicémoslo.
- A Occidente (es decir a EEUU), porque se debilita a Rusia: Es imprescindible saber que Rusia tiene en Siria el único puerto militar en Oriente Medio, en Tartus. Desde ese puerto, Putin mantiene cierto control sobre el Mediterráneo. De hecho, si contemplan en cualquier mapa presente en los medios de comunicación, observaran que alrededor de este puerto hay una especie de “cordón sanitario” en la citada base. Allí no hay ataques de los insurgentes. Es una línea roja que jamás se atreverán a traspasar. Además, el régimen de Damasco es uno de los principales compradores de armas a Rusia. En cualquier vídeo de Youtube, se puede observar como los tanques T-72, T-55, los AK-47 o los aviones Mig son los que combaten a favor del Bachar. Es un tema de Geopolítica: Se trata de encerrar a Rusia en un callejón sin salida y cortarle sus principales lugares de expansión. Rusia jamás dejara caer a Bachar. Incluso, cuando el Régimen estuvo a punto de caer Bachar se ocultó allí, con permiso de los rusos.
- Al Egipto de Mursi y los Hermanos Musulmanes: La principal causa del golpe de estado militar en Egipto, no ha sido (a mi entender) la islamización del país del Nilo. Eso se podía controlar desde dentro. Mursi cometió un error garrafal: ayudó a la Coalición Nacional Siria (principal grupo de la oposición, manejado por los Hermanos) con dinero, armas y combatientes. Esto convenció a los militares de que el gobierno de Mursi trataba de crear inestabilidad en la zona para conseguir gobiernos afines a la ideología más radical del Islam. Egipto no podía permitirse ir en contra de los intereses de Occidente: al fin y al cabo la principal fuente de riqueza del país es el turismo. Por otro lado, esta ayuda podría traer problemas con Irán, cuyo gobierno Chiita apoya descaradamente a Bachar.
- A los cristianos maronitas del Líbano y a Israel: De esta forma se vengaban de tantos y tantos años de ocupación e injerencia de Siria en su territorio. Se está permitiendo la entrada de terroristas y armas desde este país. Además, la milicia Chiita Hezbollah, muy presente en Líbano (prácticamente un estado dentro del estado) y enemigo acérrimo de Israel, apoya a Bachar. Israel y los cristianos prefieren que esta milicia se desangre en Siria y de esta manera se debilite. En dos palabras: cualquier enemigo de mi enemigo, será bienvenido. De esa forma, Israel pasará bastante tiempo sin problemas en los Altos del Golan, ocupados desde la Guerra de los seis días en 1967.
- A Turquía. El supuesto gobierno moderado del Islamista Erdogan, una vez que la Unión Europea (más bien Alemania) le dio calabazas en el intento de que el país formase parte de esta organización, volvió la mirada a su área de influencia en el Sur. Ha permitido que combatientes procedentes del Cáucaso entrasen en Siria, así como armas, llegando inclusive a refugiarles en su territorio cuando resultaban heridos. No hay que desvincular la crisis ministerial de hace unos días y las manifestaciones de Estambul con lo que acontece en Siria. De hecho, el gobierno turco estuvo buscando un “Casus Belli” contra el gobierno de Bachar para entrar en guerra, pero no lo logró. Mi pronóstico es que a Erdogan le queda poco tiempo en el poder. La contestación interna, alentada tanto por Rusia (que no quiere un país islamista que ayude a sus enemigos) como por Occidente (que vería con buenos ojos un golpe militar, ya que Turquía es la puerta de entrada a Europa de la Heroína Afgana y del triángulo de oro birmano) acabará con el gobierno islámico.
- A Al Qaeda. A la organización terrorista le interesa sembrar el caos (ya lo está consiguiendo en Irak) en toda la zona para forzar al tibio Obama a una intervención militar. Ademan es un magnifico campo de entrenamiento para futuras operaciones.
Según escribo estas líneas, se están celebrando conversaciones de paz en Ginebra. Estoy completamente seguro de que no se llegará a un acuerdo, ya que a ninguna de las partes le interesa. Por desgracia, pienso que tenemos guerra en Siria para rato.
R. Durán
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