El daño de los vándalos va mucho más allá de la mera destrucción de lo que es de todos.

Destrozado por unos vándalos. Panel informativo de la Vía Verde a su paso por Logrosán. Foto: María Romero
Las acciones vandálicas de unos cuantos pueden destruir lo que todos queremos hacer aquí: sumar a nuestro futuro un componente turístico que aporte riqueza y difunda nuestro patrimonio y lo que aquí perciba, allí por donde vaya.
No sé si el respeto por lo público que existe en otros países europeos se inculca desde casa, desde la escuela, desde la sociedad o desde los tres sitios; pero está claro que aquí algo hay que hacer.
La impresión buena o mala que nos llevamos de un lugar, marca de manera importante la imagen que vamos a trasmitir de ese lugar para que otra gente lo visite.
No debemos olvidar que el turista, el viajero que pasa con su familia por Logrosán y por las Villuercas come, duerme, reposta gasolina, compra productos de la tierra… mueve un dinero que es fundamental para que estas tierras, que no tienen grandes recursos económicos, añadan un extra creciente a sus economías. Está en nuestras manos, no nos podemos quedar callados ante esto.