El rápido empuje del Reino de Castilla a raíz de la victoria en la batalla de las Navas de Tolosa (año 1212) y el consiguiente retroceso de los musulmanes hacia el sur, trajo como consecuencia la rápida repoblación de nuestra comarca con ganaderos castellanos, génesis de la mayoría de los pueblos actuales.
Una vez alejado el peligro musulmán se organiza el territorio, haciendo posible su reparto entre los concejos de las ciudades cristianas y la repoblación de las aldeas cercanas a los castillos conquistados, dotándolas de suficientes recursos económicos para garantizar el modo de vida de los ganaderos trashumantes.
En el año de 1222 el noble castellano D. Alfonso Téllez de Meneses, poblador de varios castillos en los Montes de Toledo de gran importancia estratégica para el control de la cuenca del Guadiana, nos dice: “Dono a Don Rodrigo, Arzobispo de Toledo y a sus sucesores, los castillos que poblé por el perdón de mis pecados en la frontera con los sarracenos: Dos Hermanas, Cedenilla, Malamoneda y Muro sobre el Guadiana. Otro sí, el terreno que es entre Muro y Cañamero lo divido por mitad del camino, y la mitad sea de Muro y la otra mitad de Cañamero; y que los ganados pasten sin ninguna contradicción en los términos de los dos castillos”. Es la primera división territorial llevada a cabo tras la conquista cristiana de la cuenca media del Guadiana entre el futuro término trujillano, todavía no conquistado en su totalidad, y los montes toledanos de Helechosa.
Finalmente, en 1232, las milicias castellanas de Plasencia y de Ávila conquistan la ciudad islámica de Trujillo, con lo cual las tierras occidentales de nuestra comarca pasan a depender a partir de esta fecha del concejo trujillano y en lo eclesiástico de la diócesis de Plasencia. Los primeros repobladores cristianos se fueron aposentando en los llanos, junto a las fuentes y cerca de las abandonadas poblaciones musulmanas de los castillos (hisn), para explotar los recursos naturales más inmediatos, principalmente ganaderos, hortelanos y apícolas. Se puebla Zorita junto al castillo de Sujayra o Zuferola (La Peña); Logrosán junto al Hisn Luqrushan; Berzocana junto al poblado serrano del Terrero; Cañamero, Halía (Alía), Solana y Cabañas del Castillo.La tierra trujillana alejada de las aldeas se divide en grandes latifundios ganaderos que fueron entregados a los caballeros hidalgos que intervinieron en la toma de la ciudad. Cada una de estas fincas recibe desde entonces el nombre de “Caballería”, como las que comprendían las actuales dehesas de La Olivilla, El Aguijón, Miralrío, Los Cerros de Cubilar, La Higueruela, etc.
Las primitivas aldeas se pueblan con familias procedentes de las tierras de Ávila, de Plasencia, de Trujillo y de Talavera, y en poco tiempo llegan a ser los principales núcleos de población de la comarca. Resulta muy curioso comprobar como la mayoría de nuestros topónimos villuerquinos son nombres trasladados, pues tienen su correspondencia en muchos de los topónimos de los territorios de estas ciudades castellanas. Podemos comprobarlo en el renombrado Libro de la Montería, escrito en 1345 por el rey Alfonso XI, mientras cazaba osos y jabalíes por las montañas abulenses donde se movían los “serranos” trashumantes:
“De los montes de tierra de Ávila:..desde do nasce Chienlla hasta do nasce Ruecas: et otra Ruecas ayuso…”. Y este río Ruecas abulense de la Sierra de Gredos no es precisamente el mismo río Ruecas de nuestras Villuercas. Pero, ¿quién no conoce estos otros nombres cercanos a nuestros pueblos y que también se repiten en las tierras de Ávila?: “…fasta la Lancha y como viene la sierra fasta Navazebrera”…“Et son las armadas en la Nava.”…«Las cabezas de los Veneros es buen monte de puerco en ivierno.» …“La Centenera et los Cañamarejos es todo un monte”…“La cabeza del Almoclón, en el camino de la Cañada.”...«Et la otra en el cerro del Helechal.»…«Et son las armadas la una en el collado de los Brazos”…«Et es el armada en majadas Viejas.». Y qué decir de este topónimo cercano a Calzada de Béjar: Vértice geodésico de la sierra de Las Viluerzas, situado entre las cuencas de los ríos Cuerpo de Hombre y el Sangusín, en el antiguo territorio de la jurisdicción de Plasencia repoblado por los trashumantes abulenses.
En el año 1268, reinando Alfonso X, “el Sabio”, se deslinda el término jurisdiccional de Trujillo de los términos de Toledo y de Talavera, estableciéndose una línea divisoria que de sur a norte seguía una “carrera” ganadera desde el río Guadiana (Cogolludo) hasta el río Tajo, pasando por la “raña alcornocosa”, cerca del “Puerto de Cañamero” (Puerto Llano), el arroyo Valtravieso, “et commo va en su derecho a la Cabeza de la Brama, commo vierten las aguas las unas a Tajo y las otras a Guadiana”. Es decir, esta línea dividió casi por su mitad el territorio de Las Villuercas en un momento en el que todavía no se había descubierto la imagen de la Virgen de Guadalupe, la cual aparece unos años más tarde, y curiosamente, sobre un lugar situado en esta misma línea de separación de los términos jurisdiccionales de Trujillo y de Talavera.
A finales del siglo XIII, o a principios del siguiente, aparece la imagen románica de Guadalupe, hecho relacionado con un pastor trashumante de Cáceres, a la que se da culto primero en una ermita, construida en las cercanías de la “carrera” ganadera del puerto de la “Cabeza de la Brama”, ampliándose años más tarde a la condición de Real Monasterio, levantado después de la batalla del Salado por el rey Alfonso XI. Desde entonces la red de caminos ganaderos se amplía sustancialmente, pasando a ser Guadalupe el centro de mayor trascendencia histórica, religiosa, cultural y económica de nuestra comarca.
En el año 1337 el rey Alfonso XI, manda dar al Monasterio de Guadalupe media legua de terreno a su alrededor, tomándola de los términos de Cañamero (Trujillo) y de Alía (Talavera). En el Libro de la Montería, escrito unos pocos años después de la construcción del Monasterio, son numerosas las alusiones a nuestros principales caminos históricos y lugares recientemente repoblados:
1.- El Camino de Talavera a Guadalupe: Es el viejo camino ganadero que cruza el Tajo por el vado de Azután, la Sierra de Altamira, y por el valle del Guadarranque, y por el Estrecho de Peña Amarilla, llega hasta Alía y después a Guadalupe. El rey Alfonso XI nos cuenta en 1345 mientras cazaba en Las Villuercas:”La Sierra de los Puertos que está sobre el Puerto de Sanct Viceinte es todo un monte….et son las vocerías, la una desde el puerto, el camino ayuso…”,”que es cabo Halia…fasta el camino que va de Toledo a la casa de Val de Cadazos”.
Desde el año 1385, en que se construye el Puente del Arzobispo por D. Pedro Tenorio sobre el río Tajo, cobra especial interés el llamado Camino Real de Castilla a Guadalupe que pasa por Villar del Pedroso, Carrascalejo, Navatrasierra y el Hospital del Obispo, alcanzando Guadalupe por el Puerto de la Brama o del Humilladero.
2.- El Camino de Plasencia: Camino desde Santa María de Guadalupe por el Puerto de la Brama, el valle del río Ibor hasta Navalvillar, La Avellaneda y la iglesia de San Román, junto al Gualija. Cruza el Tajo por el vado de Alarza en dirección a Malpartida de Plasencia y Plasencia. Podemos leer en el Libro de la Montería (1345):
“…por cima de la cumbre que dicen el lomo de Halía, et dende hasta los Guijos de Ibor, et la otra fasta el camino de Plasencia…”
3.- El Camino de Sevilla, por el Puerto de Cañamero (Puerto Llano), la Venta de la Laguna, el Rincón, Valdepalacios y Madrigalejo, donde los monjes jerónimos del Monasterio de Guadalupe poseían grandes dehesas y una casa-palacio.
“El Covilar es buen monte de puerco en ivierno. Et es la vocería por cima de la cumbre, et son las armadas, la una en la loma, et las dos al río”.
“El monte de Val de Palacios es buen monte de puerco en ivierno…Et es el armada en el camino que va de Palacios a la Parriella”…“La raña que es sobre Val de Palacios es buen monte de osos en ivierno, et en tiempo de colmenas; pero en este tiempo hay poca agua”.
4.- El Camino de Trujillo: Camino de Guadalupe a la granja-palacio de Mirabel, Castaño Abuelo, río Ruecas, Sierra de la Madrila, Puerto de Berzocana, Berzocana, Garciáz, Madroñera y Trujillo.
“Los valles de sobre Garciez es buen monte de oso, et de puerco en ivierno, et aun en verano, et son las vocerías la una desde el Robledo”…”et la otra al valle ayuso hasta el Camino de Berzocana”.
Bibliografía:
– Alfonso XI, Libro de la Montería. Biblioteca Cinegética Española. Ediciones Velázquez. Madrid, 1976.
– Sánchez Rubio, Mª Ángeles. Documentación Medieval. Archivo Municipal de Trujillo. Partes I y II. Institución Cultural El Brocense. Cáceres, 1992-94.