Llega a tener hasta 32 centímetros de alto y se convierte en un peligro para ambulancias y otros vehículos que transportan enfermos hacia el Centro de Salud.
En las obras que se están llevando a cabo en el pavimento de la Gran Vía se ha instalado un badén para obligar a la reducción de la velocidad de los vehículos que por sus exageradas proporciones no parece contar con el visto bueno de los vecinos.
Los afectados, con Miguel Domínguez Saavedra al frente, se han unido para solicitar firmas contra lo que consideran un peligro que además no cumple la normativa Fom/3053/2008 «Instrucción Técnica para la instalación de reductores de velocidad y bandas transversales de alerta en carreteras de la Red de Carreteras del Estado».
Alegan que este tipo de aditamentos buscan la mejora de la seguridad vial, aunque en este caso en lugar de conseguir que se reduzca la velocidad, lo que ocurrirá, es que se producirán más accidentes y daños a los vehículos que transiten por esta vía.
Los vecinos solicitan que se tomen las medidas necesarias y oportunas a la mayor urgencia posible para adaptar dicho paso sobreelevado a la normativa vigente y responsabilizan al Ayuntamiento de Logrosán de los posibles daños o accidentes que se produzcan.